La sociedad de consumo no solamente se ha dado el lujo de sacar al SER humano de sí y venderle la idea de que debe buscar la felicidad adquiriendo cosas y gente, sino que nos ha confiscado la esperanza de poder pasar los días que nos quedan en esta vida VIVIENDO.
Nos han llevado a esperar siempre la aprobación de los otros, la pregunta es ¿dónde estamos?, han logrado deprimirnos a tal punto que hasta las ganas de luchar por algo distinto nos han quitado.
Nos acostumbramos a la negatividad a tal punto que los positivos tenemos que ser sacados del medio para mantener las condiciones existentes.
Todo el día estamos en función de criticar, de lamentarnos porque llueve, porque hace calor, porque suben los artículos, porque equis está enfermo, porque mataron al 1 o al 2, porque me duele aquí o allá, porque sí, porque no y porque también. Es la sociedad de las lamentaciones….
Son muchos más los aspectos positivos pero nuestra mente no los programa.