Los niños dicen “no podemos contar ya con los adultos; para ellos nadie resulta tan peligroso para su trabajo como nosotros los niños”. Tenemos tanto tiempo como queramos. Cada hombre tiene su propio tiempo. Lo que los hombres hacen con su tiempo, tienen que decidirlo por ellos mismos.

Si los hombres supiesen lo que es la muerte no le tendrían miedo. Hay que saber esperar.

No se puede dejar que los niños decidan sobre una cosa así. Comida siempre me han dado pero no me satisface.

Lo más peligroso que existe en la vida son las ilusiones que se cumplen.

Siempre tenemos la misma prisa y nunca tenemos tiempo.

El verdadero tiempo no se puede medir por el reloj o el calendario.

Nos dejamos llevar por la corriente de gente, siempre con prisa.

Podemos intentarlo con la verdad por delante. Hablemos con franqueza. Nosotros te ayudamos y tú nos ayudas, me parece que es justo.

Hace tiempo que los hombres son inútiles, ellos mismos han convertido el mundo en un lugar en donde ya no hay sitio para ellos.

Cuanto más lento más aprisa.

Uno se siente cada vez más descontento, más vacío, más insatisfecho consigo mismo y con el mundo; después desaparece hasta ese sentimiento y ya no se siente nada.

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