Medellín, Septiembre 9 de 1994

Señor:

LUIS GUILLERMO BOTERO RAMÍREZ

La Ciudad.

Apreciado Luis Guillermo:

Hace días quería hablar contigo de los computadores y otras tantas cosas, pero tu tiempo es tan limitado que decidí escribirte. Segura estoy que vas a leerla, eso para mí es suficiente.

Cuando escuché tu grabación por primera vez, encontré a un SER que podía acompañarme en estos SUEÑOS. Segura estoy que vamos hacia el mismo lugar, aunque no en la misma dirección, pero eso es válido y así lo siento. Es mayor mi necesidad de encontrar SERES que me acompañen que la de muchos otros. A ti te siento cerca, gracias por permitírmelo.

He descubierto que la tecnología ha logrado «avanzar» tanto que no permite a quienes trabajan con ella ayudarnos a cuestionar su esencia.

El CEREBRO es el computador por excelencia, con N entradas y N salidas, siempre listo, con posibilidad de vacunarse el mismo de todos los virus, con pantalla incorporada. CPU con disco duro y N flexibles; lo único que le hace falta es que lo coloquen a trabajar en toda su capacidad.

EL MUNDO DONDE HAYA ESPACIO PARA TODOS, hasta para los COMPUTADORES, requiere de personas como tú, capaces de diseñar programas para el COMPUTADOR HUMANO y ayudarnos así en esa búsqueda de sentido para la VIDA.

En la revista NOTAS DE LUZ, he encontrado muchos acompañantes, todos aquellos, que como tu familia de sangre, han venido buscando en su interior y han encontrado cosas maravillosas. Últimamente he leído algunas frases, no sé de quién será esta, pero me parece hermosa: «LA VIDA ES ESA COSA QUE PASA MIENTRAS NOSOTROS HACEMOS OTRAS COSAS».

Quiero contarte además que para mi hija sigues siendo un SER muy importante y en muchas oportunidades ha querido hablar contigo, también ha escrito algunas cosas, te las adjunto.

Con todo mi afecto,

MARGARITA BERNAL ACEVEDO