Las relaciones del hombre consigo mismo y con el medio, están signadas por el miedo.

Hemos permitido que el miedo nos invada, a tal punto, que en las diferentes clases económicas (como dijese mi hijo), está presente.

Quien tiene mucho dinero teme que se le acabe, que lo extorsionen, que lo secuestren a él o a su familia, que se lo roben, que quiebre….

Los que sólo tenemos el salario, tememos que no nos alcance para subsistir dignamente, que nos despidan del empleo, que se acabe la empresa donde laboramos….

Los que no tienen salario, temen continuar sin tener con que sobrevivir.

A medida que bajamos en condiciones económicas y posibilidades políticas, rebajan los miedos.

Mientras más «poder» creemos tener, son mayores los miedos por resolver.

La salida a esta situación está en SER.

Entre menos cosas tengamos, mayor es la posibilidad de resolver los conflictos con nosotros y con los otros. Para vivir, son pocas las cosas que necesitamos.

Cuestionémonos:

¿Qué necesito para vivir?

¿Qué tengo?

¿Qué me hace falta?

¿Cuáles son mis reales necesidades?

¿Cuáles son las necesidades de los otros?

¿Vivo para satisfacer mis necesidades, o las de los demás?

El día que comprendemos lo que SOMOS y realmente NECESITAMOS, el mundo cambiará, y TENDREMOS ESPACIO PARA TODOS.

Recuerda: carga contigo y con quien no puede cargar con él. Suelta a los demás; darle a alguien lo que no se ha ganado le hace más daño que beneficio.

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